Desde que Canadá decidió legalizar el cannabis los canadienses han adquirido marihuana por valor aproximado de 375 millones de dólares.
Incluso con la escasez de suministro debido a mala previsión a la baja sobre las ventas y los problemas con el empaquetado, Canadá demuestra que legalizar es un buen negocio. Recordemos que Canadá lleva solo un año vendiendo marihuana.
Se puede leer en algunos medios que Canadá vendió 65.5 millones de dólares en marihuana solo en mayo. Se prevé que las ventas por mes aumenten o se mantenga en lo que queda de año. De que aumente depende que se acaben de perfilar algunos de los errores que han acompañado a la venta de cannabis en este país norteamericano.
Los dos problemas fundamentales que afrontar ahora, y que ya hemos apuntado, son el de la falta de suministros y el empaquetado. Sobre el primero, desde que comenzó la venta hubo una mala estimación en la cantidad de marihuana que se iba a vender por lo que durante el primer mes ya se pudo intuir que la falta de weed iba a ser un problema para los consumidores. De hecho, ha sido tan problemático que algunos dispensarios han tenido que reducir sus jornadas laborales porque no les quedaba yerba para vender.
El otro problema es el empaquetado. Las leyes canadienses son muy estrictas al respecto y no acaban de funcionar las cosas al respecto: todo va muy despacio por lo que el cannabis, de por sí escaso, llega tarde debido a los controles draconianos que tienen que pasar los empaquetados.
Existe otro problema más, el mercado negro. Da igual que se haya legalizado la marihuana y que esto pueda estar dañando el mercado ilegal pues este sigue funcionando bien y supliendo las necesidades de la población que no puede acceder a la yerba legal.