En un polémico artículo en The Guardian, se señala a Cataluña como uno de los puntos calientes de la venta de marihuana ilegal de toda Europa. Siguiendo los pasos de los Mossos d’Esquadra, el prestigioso periódico inglés repasa los problemas que existen en estos momentos en Cataluña relacionados con la venta ilegal de cannabis.
Después de que el turismo colapsara en España, se puede leer en el artículo, son las asociaciones de cannabis las únicas que parece que se mantienen en pie y con beneficios. Los Mossos dicen que muchas de estas asociaciones son tapaderas para las mafias de las drogas. Según un informe interno de los Mossos, Cataluña es el “epicentro del mercado ilegal de venta de marihuana”.
Con altas ganancias y bajo riesgo (las penas de cárcel rara vez superan los dos años), las bandas europeas luchan entre sí para controlar el mercado, dice el informe. Durante el año pasado, la policía disolvió 34 organizaciones delictivas relacionadas con el cannabis y destruyó 319 plantaciones. A la proliferación de esta actividad criminal también ayuda la despoblación de las áreas rurales, donde estas mafias generalmente cultivan.
“Cuando miramos lo que ha sucedido con otros países que son productores primarios de drogas, como el hachís en Marruecos o la cocaína en Colombia, hay motivos de preocupación”, dice Ramón Chacón, jefe de la brigada criminal. “Durante años, España ha sido el punto de entrada del hachís marroquí, por lo que la red de distribución estaba en su lugar cuando comenzó el boom de la marihuana, al igual que el contrabando de tabaco en Galicia, en el noroeste de España creó la infraestructura para el tráfico de cocaína”.
Chacón asegura que la policía no tiene objeciones al consumo privado en el hogar o en los clubes, que es legal, pero como los clubes pueden producir la droga en proporción a su membresía, dijo que las mafias han establecido asociaciones de fachada para justificar sus plantaciones como legales. Ahí es donde está la clave del problema además de que los clubs de cannabis permanezcan en un limbo legal que los diferentes gobiernos no parecen querer tocar.
Según un reporte, de los usuarios de los clubs catalanes, el 70% son hombres y menos de la mitad tienen estudios superiores. 10% dicen fumar cannabis por motivos medicinales, y la mitad de las mujeres dicen usarlo también por los calambres menstruales.