En los últimos años se han publicado decenas de estudios científicos que demuestran el potencial de los cannabinoides para tratar diferentes enfermedades. También existen miles de opciones para crear productos industriales a partir de las fibras del cáñamo. Pero hasta el momento, poco se sabe si las hojas de la planta podrían tener algunos usos terapéuticos o comestibles. Esto es lo que está averiguando un proyecto de investigación argentino conformado por el CONICET y la Universidad Nacional de Rosario (UNR).
“En este caso queremos investigar sobre qué más puede aportar la planta de cannabis entera en momentos donde la industria mayoritariamente se queda en la flor y los cannabinoides más conocidos”, dice Federico Rúa, doctor en química e investigador del CONICET, la principal institución científica de Argentina. En un diálogo que tuvo con el medio local El Ciudadano, él explica que en las hojas de cannabis “también están los polifenoles, como la cannflavina A y B y demás flavonoides”, los cuales podrían servir como antioxidantes y antiinflamatorios.
El grupo de científicos trabaja también en conjunto con la Asociación Civil para Investigación y Desarrollo del Cannabis (APIDC). La idea del proyecto es que la industria alimenticia pueda utilizar productos derivados de las hojas del cannabis tanto para evitar manchas en las frutas y verduras, como el combate de las plagas. Pero también en el ámbito de la cosmética podría utilizarse en el tratamiento de marcas en la piel.
“Intentaremos comprobar actividad en cuanto a inhibición enzimática de distintos extractos sobre diferentes targets, luego identificar/aislar los compuestos activos y focalizarnos sobre qué se puede hacer con ellos, más que seguir los cannabinoides que ya están bastante estudiados”, cuenta Rúa.