El misterioso caso de cómo acabaron unos polvos de cocaína en una sala de acceso común del ala oeste de la Casa Blanca ha quedado sin resolver. Tras dos semanas investigando el caso, el Servicio Secreto de EE UU ha dado carpetazo al asunto afirmando no haber podido identificar quién fue la persona que abandonó la droga ilegal en el famoso edificio que sirve de residencia del presidente y cómo principal centro de su trabajo.
La cocaína fue encontrada el pasado 3 de julio en una zona transitada del edificio a la que acceden las personas que visitan la Casa Blanca. El hallazgo de un polvo blanco hizo saltar todas las alarmas ante la posibilidad de que se tratase de una amenaza para la seguridad del edificio. El Servicio Secreto hizo llamar a los bomberos, a agentes de la CIA y a personal de emergencias para abordar el riesgo de la situación, y el edificio fue desalojado. Un análisis rápido dio positivo en cocaína y la investigación se inició bajo la sospecha de que pudiera haberla dejado algún visitante.
“La investigación no ha sido capaz de señalar a un sospechoso entre los cientos de personas que pasaron por el vestíbulo donde se descubrió la cocaína”, ha dicho el Servicio Secreto, según cita el diario El País. La investigación del FBI, en la que se han buscado muestras de ADN, se han tomado muestras de huellas dactilares y se han revisado las cámaras del edificio no han dado ningún resultado.