Where Ya Bin, un establecimiento recientemente inaugurado que comercializa mercancía devuelta o sin entregar, fue el escenario de un hallazgo inesperado que rápidamente generó atención mediática. En uno de sus contenedores de ofertas, una persona encontró una caja postal sellada que contenía cerca de una libra de cogollos. La situación fue reportada de inmediato a la Policía, que se presentó en el lugar para investigar los hechos y recoger el paquete como evidencia.
El jefe policial Mark Rehberg declaró que la caja carecía de remitente, dirección de destino o cualquier identificador que permitiera rastrear su procedencia. "No hay forma de saber si este paquete fue enviado por error, si nunca llegó a destino o si fue parte de algún esquema ilícito de distribución", comentó al medio local The Des Moines Register.
Según las investigaciones preliminares, el paquete habría sido adquirido por Where Ya Bin en una compra al por mayor de productos no entregados, parte habitual de su modelo de negocio basado en excedentes, devoluciones y mercancía en liquidación. Este tipo de operaciones, aunque legales, a veces implican el manejo de lotes con procedencia no del todo clara. En ausencia de registros vinculados o códigos de seguimiento útiles, las autoridades consideran poco probable dar con el origen del cannabis en cuestión.
Desde el establecimiento se afirmó que existen protocolos internos para manejar este tipo de situaciones. El personal fue instruido para notificar a las autoridades si se detecta cualquier objeto sospechoso o que pueda estar vinculado a sustancias fiscalizadas. La Policía indicó que, si algo similar vuelve a ocurrir, debe notificarse de inmediato sin manipular el contenido. El local no fue clausurado ni enfrentó sanciones por el incidente, y continuó sus operaciones normalmente durante la inspección, que duró poco más de una hora.
Aunque el caso ha sido tratado como un incidente aislado, la Policía reconoció que el envío de drogas por correo no es un fenómeno nuevo. Rehberg señaló que, si bien existen controles postales, algunas sustancias logran circular por vías no rastreadas. "Las drogas se envían por correo todo el tiempo. Pero que terminen revendidas por accidente en una tienda de descuentos, eso nunca lo habíamos visto", concluyó.
