El gobierno holandés cerró los locales cannábicos, junto con otros muchos, para frenar la expansión del coronavirus. Ahora decide que los mantendrá abiertos.
El pasado fin de semana las autoridades holandesas anunciaron que se iba a cerrar restaurantes, bares, clubs de alterne y coffee shops hasta el 6 de abril para poner en cuarentena a la población y eliminar como posible foco de contagio lugares donde se concentra bastante gente. Esto desató grandes colas para abastecerse de cannabis. Ahora parece que el gobierno se lo ha pensado mejor.
En Holanda la sagrada planta es ilegal, pese a la fama de lugar de gran permisividad con la marihuana. Sin embargo, las pequeñas cantidades de cannabis siguen estando descriminalizadas. Los coffee shops siguen siendo los lugares donde está tolerado vender marihuana. Cualquier otra fórmula es ilegal y es castigada.
Cuando se echó el cierre a los coffee shops el pasado sábado por la noche, el mercado negro se puso a funcionar para que no faltase marihuana en las calles. Como un estudiante universitario relató para un medio holandés, en cuanto comenzó el cierre empezaron a recibir correos ofreciéndoles marihuana. El posible ascenso del mercado negro hizo replantearse la decisión al gobierno holandés. Ahora los coffee shops podrán abrir de nuevo pero solo podrán servir para llevar.
Holanda lleva una tasa de 1.705 casos confirmados desde el último recuento, lo que para un país tan pequeño resulta una cantidad considerable, por no mencionar que esto solo acaba de empezar.