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Encuentran bacterias y pesticidas en el cannabis que se vende en los coffee shops holandeses

Una investigación científica analizó 50 muestras tomadas al azar. Se hallaron sustancias perjudiciales para la salud, como el plomo.  

Países Bajos es un país referente del mundo del cannabis. En varias ciudades se pueden adquirir flores y extracciones de la planta para uso recreativo. Sin embargo, una reciente investigación científica realizada en el país ha descubierto que gran parte de la marihuana que se comercializa en los coffee shops contiene sustancias perjudiciales para la salud, como plomo, bacterias y restos de pesticidas.

La investigación científica fue realizada por el Instituto Trimbos y se analizaron 50 muestras de cannabis, desde materia vegetal hasta resinas, que fueron compradas a vendedores seleccionados al azar. Una de cada cinco muestras contenía "transgresiones microbiológicas", como la bacteria Staphylococcus aureus o residuos de hongos. Además, en un tercio del total se encontraron restos de pesticidas. El caso más grave sucedió en un ejemplar de hachís que tenía casi seis veces la cantidad de plomo (28.5 mg/kg) de lo que se permitirá en el cannabis vendido durante el programa piloto que le habilitará a diferentes coffee shops cultivar las plantas para luego comercializar sus derivados.

“Es difícil interpretar cualquiera de los contaminantes microbiológicos que encontramos, porque el impacto depende en gran medida del sistema inmunológico de la persona que consume cannabis”, dijo Pieter Oomen, químico analítico y uno de los autores principales de la investigación sobre el cannabis holandés. De todos modos, aseguró que el estudio fue “exploratorio” y que no representa que la totalidad de la marihuana que se comercialice en el país se encuentre contaminada.

Desde diciembre de 2023, en Países Bajos comenzó una prueba piloto para que los coffee shops de diez ciudades puedan producir su propio cannabis. Este programa durará unos cuatro años y tiene el objetivo de reducir la llamada “puerta trasera” por la que las tiendas se proveen de los derivados de la planta. Si bien está permitido vender flores y resinas, la producción es ilegal.

Encuentran bacterias y pesticidas en el cannabis que se vende en los coffee shops holandeses

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