El uso de cáñamo está cada vez más extendido en aplicaciones industriales de todo tipo. La fibra de la planta permite obtener tejidos de gran calidad y durabilidad, pero además sirve para construir otros materiales como plásticos ecológicos, cementos, ladrillos… Debido a su versatilidad y a sus propiedades como aislante acústico y térmico, el cáñamo se ha aprovechado varias veces para levantar muros y paredes de casas. Pero hasta hace muy poco no existían casas construidas completamente a base de cáñamo, y ahora son una realidad.
La empresa de Países Bajos Dun Agro presentó el año pasado su modelo de vivienda prefabricada hecha 100% con paneles fabricados con cáñamo, que sólo mezclan agua, fibras de cáñamo y pegamento. Dicha mezcla acaba dejando un resultado viscoso que luego se vierte en unos grandes moldes y se deja secar durante un periodo de tres meses. El resultado de ese procedimiento son unos grandes paneles de distintas densidades y tamaños con los que luego se monta la casa en el lugar escogido.
Una casa prefabricada es cualquier vivienda que se levanta empleando piezas previamente elaboradas, que son llevadas al lugar donde se instalará la casa. Existen casas prefabricadas hechas con materiales como el hormigón o la madera, y su principal ventaja es la velocidad de construcción respecto a las casas tradicionales. Ahora, con la aparición de las primeras casas prefabricadas de cáñamo, las ventajas son más, pues el material es mucho más ecológico de producir que el resto de opciones disponibles, es más biodegradable y además absorbe CO2 de la atmósfera. Por otro lado, su aislamiento natural es excelente, tanto para los ruidos como para la conservación de las temperaturas, lo que se traduce también en un ahorro energético.