Por lo visto, las autoridades del país asiático están preocupadas con las legalizaciones del consumo de marihuana a nivel global.

Después de la noticia de la regulación en Canadá, que entrará en vigor el 17 de octubre, el Servicio de Aduanas de Corea anunció el 27 de agosto que “aún será ilegal que los coreanos fumen marihuana en Canadá o en cualquier otro lugar. Los coreanos que vuelven aquí después de usar la droga podrían enfrentar cargos criminales”. No parece fácil averiguar la manera en que las autoridades pretenden rastrear a sus ciudadanos, pero los servicios de control de las aduanas tienen pensado incrementar las inspecciones, anticipando un aumento de las “importaciones” de marihuana proveniente de los países donde esta sea legal, fundamentalmente en el continente americano. Hay pruebas que respaldan estas sospechas: desde el momento en que se legalizó el consumo recreativo en California, en enero de 2018, hasta julio, las incautaciones por entrada de hierba en Corea aumentaron un 365% en comparación con el mismo período del año anterior. Dado que el año pasado casi 300.000 coreanos visitaron Canadá, parece que las autoridades están con la mosca detrás de la oreja y quieren anticiparse a lo que pueda ocurrir. Sea como fuere, una cosa es el control de la marihuana que pueda entrar por aduanas y otra muy distinta la pretensión de un gobierno de vigilar el comportamiento de sus ciudadanos cuando andan de visita en un país extranjero.