Después de que Miley Cyrus se hiciese una foto el día de su boda utilizando el ramo como si fuese un bong, a su padre Billy le cayeron importantes críticas por la foto de su alijo de marihuana.
Parece que a toda la familia Cyrus les va el cannabis y les encanta decir que es así. De Miley ya sabemos que volvió al cannabis gracias a su mamá; que la hermana también es fan de la marihuana y, ahora, que el cantante Billy Ray Cyrus (no rompas más mi pobre corazón…) también es amigo de la mandanga.
El cantante subió una foto a Instagram en donde se puede ver a la madre de Miley, Tish Cyrus, mostrando un enorme alijo de marihuana. Lo que se ve en la imagen no te lo fumas en un fin de semana, ni en treinta.
Como podía esperarse, mucha gente fue a opinar a Internet (¡Qué novedad!) sobre la imagen. Algunas de las críticas se refirieron a la imprudencia de esta familia que siempre está dándole una imagen glamorosa a la marihuana; otros le critican como padres dando a entender que “de tal palo tal astilla”.
De entre toda la morralla de críticas mojigatas sobresale una que sí tiene algo de sentido: la del privilegio de la gente blanca. Si esta imagen la hubiera subido un ciudadano americano de una minoría, estuviese éste en un estado legal o no, la policía ya estaría llamando a la puerta. El stash de Cyrus es monumental. Incluso en un estado legal no está claro que alguien pueda almacenar tanta marihuana sin ser considerado delito.
“Siempre es guay cuando esto lo hace un blanco, pero si lo hace un negro es algo del ghetto, anima a la violencia y debería ser encerrado…”, dice alguien en un comentario.
Tish posteó después que esa marihuana no era suya y que esa no es su casa pero que le hubiese encantado que fuera suya. En fin, sea o no suya (la creeremos cuando dice que “no” lo es) lo cierto es que a los Cyrus les gusta más el cannabis que un tonto una tiza.