La fumada mañanera históricamente ha tenido seguidores, quienes le han atribuido efectos que van desde el aumento de la creatividad, hasta lograr una suerte de relajación corporal que se prolonga durante todo el día.
Actualmente a esa práctica se le conoce como "wake and bake" y ha ganado visibilidad, impulsada por la normalización de la marihuana en distintos países y la expansión de comunidades cannábicas en redes sociales.
Hashtags como #wakeandbake o #morningjoint agrupan a usuarios que comparten sus rutinas matutinas, recomendaciones de variedades y memes que celebran el fumar inmediatamente después de despertar.
Para muchos consumidores, fumar marihuana al despertar se integra en sus prácticas matinales junto al café, ejercitarse o la meditación y prefieren cepas sativas o híbridas de efecto energizante para estimular la creatividad, mejorar el estado de ánimo o simplemente empezar el día con una disposición relajada.
Sin embargo, especialistas en salud mental advierten que esta costumbre también merece un análisis crítico. Aunque el "wake and bake" no es problemático por definición, puede ser una señal de alarma si el consumo de cannabis se convierte en una necesidad diaria para afrontar el día o si es utilizado como forma sistemática de evasión.
El "wake and bake" también puede ser considerado como una expresión del proceso de desestigmatización del cannabis. En países donde su uso recreativo es legal, las conversaciones públicas sobre cómo, cuándo y por qué se consume permiten abordar prácticas como esta desde una mirada más amplia y menos prejuiciosa. De hecho, entender la motivación detrás del "wake and bake" -ya sea ritual, recreativa o terapéutica- resulta clave para valorar su impacto en la vida diaria de cada usuario.
Como sucede con la mayoría de las prácticas relacionadas con el consumo de sustancias, el contexto, la intención y la frecuencia marcan la diferencia. Por eso, es importante comprender que encender un porro al amanecer puede ser, para unos, una práctica normalizada y, para otros, una necesidad emocional a la que conviene prestar atención.