Un turista de origen chileno, que pasaba sus vacaciones en la ciudad indonesia de Bali, fue detenido este verano en el aeropuerto internacional Ngurah Rai de la turística isla.
El responsable de la oficina regional de Aduanas en Bali, Syarif Hidayat, anunció en un comunicado que los agentes encargados de la inspección aeroportuaria con rayos X habían encontrado dentro del equipaje de Víctor Ortega (en la foto, encapuchado durante la presentación de la policía), un arquitecto chileno de 34 años, una bolsita naranja con, supuestamente, 5 semillas de marihuana.
De acuerdo con el comunicado de Aduanas, “una semilla de marihuana puede producir 50 gramos de cannabis en cada cosecha, por lo que 5 semillas pueden producir 250 gramos de marihuana. Asumiendo que un gramo es consumido por 4 personas, la marihuana total podría ser consumida por 1.000 personas”.
En consonancia con lo pasmoso del argumento, según la ley antinarcóticos del país, la posesión de esta cantidad de semillas puede llegar a castigarse con una pena que va de los 5 a los 15 años de prisión.
Dentro de lo dramático del asunto, el abogado chileno Juan Carlos Manríquez, que está llevando el caso, ha anunciado recientemente que “se está buscando la posibilidad de enmarcar los hechos conforme al artículo 1.27 del Código Penal de Indonesia a efecto de eventualmente, recalificarlos a una falta de menor entidad, que podría ser eventualmente sancionada entre tres a seis meses en un programa de rehabilitación en semilibertad”.
Lo que parece claro es que hay que andarse con mucho ojo con el consumo o transporte de drogas en según qué países.