Un juez de dos pequeñas islas del pacífico, St Kitts y Nevis (San Cristobal y Nieves), ha decidido que a los rastafaris de la isla les ampara el derecho religioso a tomar marihuana.
Lo increíble de esta norma decisión es que se ha hecho extensivo al resto de los adultos y, desde ahora, se podrá consumir cannabis en la privacidad del hogar.
La sentencia sale de un caso que comenzó hace unos años con la detención de Ras Sanfoka Maccabee, un rastafari local, al que se le acusaba de posesión de cannabis dispuesto para venta. El rastafari pagó una fianza de 5.000 dólares y apeló su sentencia de 1 año de prisión bajo el argumento de “libertad de conciencia, en la que se incluye la libertad de pensamiento y de religión”.
La Isla de San Cristóbal fue unas de las primeras colonizadas por las fuerzas de europeas y aún cuenta con un gobernador que manda en este pequeño territorio. La población rastafari supone solo 1 por ciento del total. Curiosamente, sí se pudo y este 1% ha puesto fin a una ley de 80 años de antigüedad.
El juez Eddy Ventose justifica su fallo con estas palabras: “El uso del cannabis es integral para su experiencia religiosa” y considera que el cannabis que portaba el acusado no supone un riesgo para la salud pública.
La decisión permite que los adultos, y no solo los rastafaris, puedan consumir, poseer y plantar cannabis pero solo en los espacios privados. El juez quiere dejar claro en su auto que esto no es una legalización formal de la marihuana pues esta “sigue siendo ilegal”.
Lo de que siga siendo ilegal que se lo digan a Alkiviades David, propietario de las de las empresas embotelladoras de Coca-Cola de Europa, que fue detenido recientemente por tratar de meter en St. Kitts unas 5.000 plantas de cáñamo (según su versión) o marihuana (según la versión de las autoridades).
Aunque este fallo del juez no legalice el cannabis lo cierto es que es un paso muy importante en esa dirección y que ya se estaban dando desde el Legislativo. Existe sobre la mesa una propuesta de ley para la legalización del cannabis, por lo que no es de extrañar que dentro de poco consumir mandanga en la vía pública sea perfectamente legal.