Recientes investigaciones apuntan a que la marihuana podría ayudar con la pérdida de funciones cognitivas en los portadores de VIH.
Esta condición médica, que era una sentencia de muerte, es ahora llevadera y puede permitir a su portador tener una vida más o menos “normal” gracias a los retrovirales. Incluso se pueden reducir tantos los niveles del padecimiento que se convierte en “intransmisible”.
El cannabis es un complemento que utilizan mucha gente junto con su medicación normal para paliar los dolores u otras consecuencias negativas que se derivan de la enfermedad. El VIH no es una excepción. Lo interesante del cannabis con el VIH es que algunos estudios apunta a que podría ayudar más de lo que parece. Por ejemplo, los médicos han observado que en algunos monos que la progresión del VIH es mucho más lenta.
Entre estas ventajas que se están descubriendo pero sobre las que aún queda mucho para que se confirmen está que el cannabis puede ayudar a retrasar las pérdidas cognitivas derivadas de VIH.
Ya en 2004 hubo un par de estudios al respecto pero todos los resultados fueron controvertidos. En algunos casos se aseguró que el cannabis ayudaba y en otros no se encontró nada de nada.
En la actualidad se cree que el cannabis colabora para detener el deterioro cognitivo del HAND (HIV-associated neurocognitive disorder, desorden neurocognitivo asociado al VIH) o la demencia producida por el HIV. Ambas son muy parecidas a la demencia o al Alzheimer, por lo que también podrían aplicarse sus resultados a estas dolencias.
En un estudio reciente se asegura que el cannabis ayuda a reducir la circulación de los monocitos, que se creen responsables de la inflamación cerebral que lleva a la demencia.
Otra de las razones que se citan para asegurar que el cannabis es más efectivo que algunas medicinas para estos tratamientos es que el primero tiene la capacidad de “entrar” en regiones por las barreras que la sangre pone en el cerebro. Este es el motivo, se dice, por el cual las medicinas contra los efectos de VIH son menos efectivas en el cerebro y tienen bastantes efectos secundarios como alucinaciones, problemas con el riñón o, incluso, pérdida de dientes.
Veremos hasta qué punto se puede confirmar que el cannabis ayuda tanto con estos problemas relacionados con el VIH como contra la demencia o el Alzheimer.