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El CBD logra frenar el crecimiento del osteosarcoma

Una investigación publicada en la revista Phytomedicine demuestra que el cannabidiol (CBD) puede inhibir significativamente el crecimiento y la propagación de las células tumorales sin afectar a las células óseas sanas.

El osteosarcoma representa uno de los tumores óseos más agresivos, afectando principalmente a niños y adolescentes. A pesar de los tratamientos convencionales como la cirugía y la quimioterapia, las tasas de supervivencia en casos metastásicos siguen siendo bajas, con apenas un 20% de supervivencia a cinco años. Frente a este escenario, científicos de la Universidad de Harbin y la Universidad de Shandong, en China, exploraron los efectos del CBD sobre esta patología, enfocándose en su potencial antiinflamatorio y antitumoral.

El estudio empleó modelos celulares y animales para evaluar los efectos del cannabidiol sobre la proliferación, migración e invasión de células de osteosarcoma. Los resultados fueron contundentes: el CBD redujo significativamente la viabilidad de las células cancerígenas sin afectar a las células óseas sanas, y atenuó el crecimiento tumoral en ratones. A nivel molecular, los investigadores identificaron que el CBD se une directamente a la subunidad p65 del factor de transcripción NF-κB, interfiriendo con su capacidad para activar la expresión del quimioatrayente CCL5, una proteína implicada en la inflamación tumoral.

Este hallazgo resulta especialmente relevante porque el eje TNF-α/NF-κB/CCL5 se ha vinculado con la progresión de diversos tipos de cáncer. En el caso del osteosarcoma, el estudio demostró que existe un bucle de retroalimentación positiva entre p65 y CCL5 que perpetúa la señal inflamatoria y estimula el crecimiento tumoral. El cannabidiol interrumpe este ciclo, debilitando tanto la inflamación como la proliferación de las células malignas.

La investigación utilizó técnicas avanzadas como análisis de expresión génica, acoplamiento molecular, ensayos de unión proteica y modelos de xenoinjertos en ratones. En todos los frentes, el CBD demostró una eficacia comparable o superior a la de la doxorrubicina, fármaco quimioterápico habitual, pero con menor toxicidad.

Este estudio aporta una nueva línea de evidencia sobre el potencial terapéutico del cannabidiol en oncología, especialmente en tumores cuya progresión está alimentada por la inflamación crónica. Aunque los resultados son preclínicos, refuerzan la necesidad de investigar cómo compuestos derivados del cannabis pueden integrarse a nuevas estrategias anticancerígenas menos agresivas.

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