Horas antes que el presidente argentino, Javier Milei, invitara a un asado a 87 diputados para celebrar el veto de un aumento de 15 mil pesos (13,98 euros), el gobierno decidió intervenir la Agencia Regulatoria de la Industria del Cáñamo y del Cannabis Medicinal (ARICCAME). Mediante el decreto 833/2024, el pasado lunes la gestión anarcocapitalista tomó las riendas del ente regulador que ha estado prácticamente inactivo desde el momento de su creación, el año pasado.
La ARICCAME fue creada a principios del 2023, tras la aprobación de la ley industrial del cannabis medicinal y el cáñamo. La normativa estipula que el organismo debe estar compuesto por un presidente y un directorio conformado por representantes de los ministerios de Economía, Salud, Seguridad, Agricultura y Ciencia y Tecnología. Si bien se logró conformar un equipo de autoridades, la ARICCAME tan solo emitió seis licencias productivas provisorias a una semana del cambio de gobierno nacional. Esto es importante destacarlo porque cuando asume una nueva gestión, en Argentina suelen eyectarse de sus puestos a todos los secretarios y directores de todas las áreas del Estado.
Desde que asumió Milei, la ARICCAME no tuvo funcionamiento. Poco a poco, la gran mayoría de sus autoridades fueron renunciando a sus cargos. Él único que había quedado aferrado al puesto era Gabriel Giménez, el designado por Agricultura. Con el reciente decreto, no solo se ha expulsado a Giménez. Sino que también se designó como titular del organismo a Ignacio Ferrari, un médico argentino especialista en enfermedades autoinmunes, inflamatorias y degenerativas, pero que también se ha formado en las terapias con cannabis. El nuevo director nacional de la ARICCAME tiene una capacitación en tratamientos con la planta, realizada en The Academy of Medical Cannabis, en Reino Unido. Además, preside la ONG Cannaradix y es responsable del área de oftalmología del curso de endocannabinología y terapéutica cannábica de la Asociación Médica Argentina.
El principal motivo de la intervención de la ARICCAME se debe a la inacción que tuvo el organismo desde su creación. Según el decreto, la agencia “evidencia una falta de personal, una inadecuada operatividad, falta de emisión de licencias y autorizaciones habilitantes, así como una significativa demanda por parte del sector privado”. Además, sostiene que “se hace imprescindible la reducción de la carga burocrática existente”.
“Resulta un objetivo fundamental proporcionar una mayor eficiencia en las gestiones y trámites, unificar procedimientos administrativos y expedientes, dar intervención a los organismos con competencias específicas involucrados y facilitar el acceso y difusión de la información de manera homologada, estandarizada, actualizada e integrada”, dice el decreto de la intervención que ahora estará a cargo de Ferrari. La primera tarea que tendrá el médico será elaborar un informe detallado sobre la situación del ARICCAME y y la “regularización y reordenamiento de programas y proyectos”.