Cinco meses después del asesinato del presidente de Haití, Jovenel Moïse, todavía no se ha encontrado al autor que ordenó su muerte. Hay más de una veintena de sicarios colombianos arrestados acusados de ejecutar el asesinato del presidente, que murió acribillado en su casa. Una investigación del New York Times apunta a que el presidente fue asesinado por intentar acabar con las actividades del narcotráfico en el país caribeño.
Según el diario estadounidense, en los meses previos a su asesinato Jovenel Moïse ordenó una serie de medidas para debilitar las actividades de narcotráfico en el país: limpió el departamento de aduanas, inició una investigación sobre el comercio de anguilas —usado como vía de blanqueo de capitales— y ordenó la destrucción de una pista de aterrizaje ilegal usada como vía de entrada para avionetas que llegaban cargadas de droga desde Venezuela y Colombia.
El New York Times señala una serie de nombres con mucho poder en el país y con nexos de conexión con el narcotráfico que podrían haber tenido interés en que el presidente dejara de presionar al narcotráfico. Entre ellos se encuentra el cuñado del anterior presidente y el jefe de la unidad policial que protegía al anterior presidente y al presidente asesinado. Según el diario, Jovenel Moïse recibió una información de la DEA pocas semanas antes de su asesinato sobre el uso intensivo de la pista de aterrizaje ilegal por parte del narco, y aunque ordenó destruirla las autoridades locales se negaron.