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El proyecto de cultivo medicinal de cannabis en Brasil supera la primera barrera con un futuro difícil

Una comisión del parlamento brasileño aprobó el proyecto, que ahora debe pasar por las dos cámaras legislativas y luego por el Presidente, que lo rechaza.

Una comisión especial de la Cámara de Diputados de Brasil aprobó a principios de mes un proyecto para regular el cultivo de cannabis medicinal en el país. La propuesta, que fue aprobada con poquísimo margen (17 votos a favor y 16 en contra), deberá pasar ahora por las dos cámaras legislativas, donde es probable que no consiga prosperar. Si consiguieses superarlas todavía tendría que contar con la firma del presidente, Jair Bolsonaro, quien advirtió que vetaría el proyecto si llegase a su escritorio.

Tal y como está planteada la medida, su aprobación permitiría que empresas, ongs y asociaciones de pacientes cultivaran cannabis con fines medicinales, industriales y de investigación. El cultivo de cannabis es ilegal en Brasil tanto para uso recreativo como para uso medicinal, sin embargo el país sí tiene una regulación que permite el uso de productos medicinales derivados del cannabis.

A finales de 2019, la agencia de medicamentos brasileña Anvisa aprobó el uso de productos cannábicos para uso medicinal, pero sin incluir la planta en su estado natural. Esa normativa determina que las empresas brasileñas que quieran elaborar productos medicinales a base de cannabis deben importar el cannabis en alguna forma semielaborada desde otro país, no permitiendo la importación de la planta o partes de ella.

La agencia permite dos tipos de prescripciones cannábicas, una con THC para pacientes terminales y para aquellos que hayan agotado otras formas de tratamiento, y otra con menos del 0,2% de THC que se receta con menos restricciones. Ya entonces el presidente Bolsonaro dijo que no se opondría al uso medicinal pero no permitiría “que brechas de la legislación sean usadas para plantar y consumir la marihuana”. El cannabis es ilegal en Brasil, pero desde 2006 se despenalizó el uso personal, y desde entonces ya no conlleva penas de cárcel.

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