Esta semana se encontró uno de los cargamentos de cocaína más grandes de la historia de Latinoamérica. El hecho sucedió en el puerto de Caacupemí, a pocos kilómetros de la capital paraguaya de Asunción. Se trataban de cuatro contenedores que tenían más de 4 toneladas de la sustancia camuflada en sacos de azúcar y que tenían a Amberes, en Bélgica, como destino de descarga.
“Fue como en las películas. La droga estaba dividida en bolsas. No vemos esto nunca, salvo en las series de TV. Era tanta cantidad que no estaba dividida en panes, sino en bolsas de 20 kilos”, dijo Jalil Rachid, jefe de la Secretaría Nacional Antidrogas de Paraguay, en diálogo con el medio argentino La Nación. El operativo sucedió en el tramo paraguayo de la Hidrovía, una de las rutas fluviales más importantes de la región para el comercio internacional. La Hidrovía comienza en Brasil y desemboca en el océano Atlántico a través del Río de La Plata, en Argentina. La carga tenía como destino el puerto de Amberes, una de las principales entradas de la mencionada sustancia a Europa.
La Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito tiene la mirada puesta en la Hidrovía porque es una de las rutas por las que más cocaína circula en el mundo. Las bandas del crimen organizado han generado este nuevo trayecto para ingresar la sustancia producida en Latinoamérica en los mercados europeos y asiáticos. En los últimos tres años se incautaron unas 50 toneladas de cocaína que salieron por la Hidrovía hacia los puertos de Bélgica y Australia. En octubre pasado, en el puerto de Villeta, ubicado en las afueras de Asunción, las autoridades paraguayas secuestraron 3312 kilos de cocaína, que también, como en este caso, tenían como destino final el puerto de Amberes.
La trama del comercio internacional de la cocaína se ha vuelto más complicado para las fuerzas de seguridad porque las bandas del crimen organizado han renovado sus métodos de distribución y son varias las que están involucradas al mercado de la cocaína durante varios tramos de la Hidrovía, en la que operan tres países diferentes. Por ejemplo, en Argentina. En 2022, la Policía Federal encontró 1,500 kilos de cocaína en el puerto de Rosario, en la provincia de Santa Fe.
La ciudad en la que nació Lionel Messi es considerada hoy la capital argentina de las bandas del crimen organizado que tienen al mercado ilícito de las drogas como una de sus principales empresas. Por primera vez en Argentina, allí se creó un cártel al estilo mexicano o colombiano: Los Monos. Desde el encarcelamiento de sus líderes, Rosario vive una masacre cotidiana con el asesinato de varios integrantes de las fuerzas de seguridad, autoridades de la Justicia y empleados municipales, además de varios civiles. En 2023, se cometieron 181 homicidios relacionados al sicariato.