Este texto forma parte de una serie de artículos que reúnen las novedades más relevantes ocurridas en el último año —de septiembre de 2021 a julio de 2022— sobre el cannabis y otras drogas en distintas partes del globo.
El 2022 empezó con la noticia de que a partir del próximo enero los agricultores de la Unión Europea podrán cultivar semillas de cáñamo con hasta un 0,3% de THC. La medida fue adoptada como parte de la nueva Política Agraria Común y supone que las semillas de cáñamo industrial con hasta 0,3% de THC podrán incluirse en el Catálogo de Semillas de la UE, y se podrán comercializar y cultivar legalmente en el territorio. El cultivo de variedades de cáñamo por encima del 0,3% de THC sólo se podrá realizar en los países que tengan aprobado un límite más elevado.
Pocas semanas después, la Comisión Europea estableció los niveles de THC permitidos para los alimentos derivados del cáñamo. Los cambios aprobados por el Comité Permanente de Plantas, Animales, Alimentos y Piensos fijó el nivel de THC máximo para el aceite de semillas de cáñamo en 7,5 mg por kilo, y para los alimentos de cáñamo seco —como semillas de cáñamo descascaradas, harina y proteína en polvo— en 3,0 mg/kg. También ha habido novedades para el sector del CBD.
Luego, en febrero, la Comisión Europea validó las solicitudes de varias empresas para usar CBD dentro de la clasificación de “nuevo alimento”. Fueron las primeras autorizaciones expedidas por la Comisión desde que hace más de tres años se implantó la consideración de nuevo alimento a CBD extraído de la planta del cannabis. Pero luego, en junio, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria anunció que suspendía temporalmente las autorizaciones de solicitudes alimentarias para comercializar CBD como alimento, por considerar preciso realizar evaluaciones adicionales sobre la seguridad alimentaria antes de continuar con el proceso para autorizarlo.
También, a nivel de la UE, el Observatorio Europeo de la Drogas —que probablemente se convierta en una Agencia de Drogas de la Unión Europea con más responsabilidad— alertó en su informe anual de un notable aumento en el número de países que han detectado la presencia de cannabinoides sintéticos en su territorio.
A nivel legislativo, un grupo de eurodiputados se unieron a principios de este verano para promover la legalización del cannabis en la Unión Europea y escribieron una carta abierta al resto de miembros del Parlamento Europeo para pedir que se realice un debate conjunto entre los países miembros.