El estudio fue liderado por Suleiman Ibrahim Mohammad y un equipo internacional de investigadores de universidades en Asia, Oriente Medio y Europa. El metaanálisis revisó la literatura científica disponible hasta agosto de 2025, centrándose exclusivamente en estudios que confirmaran diagnósticos de cáncer oral mediante histología y que ofrecieran estimaciones cuantitativas del riesgo asociado al consumo de cannabis.
En total, se analizaron 4.686 casos de cáncer oral y 10.370 controles sanos. Al combinar los datos, se sugiere un riesgo aproximadamente un 34% menor entre quienes usan cannabis en comparación con quienes no lo hacen. Estos resultados se mantuvieron estables en varios análisis de sensibilidad, con cifras que oscilaron entre 0,599 y 0,708.
Sin embargo, el metaanálisis no halló una relación clara entre la duración o frecuencia del consumo y el grado de protección. De los seis estudios incluidos, solo tres mostraron una asociación estadísticamente significativa, mientras que los otros tres no detectaron relación alguna. Además, las diferencias metodológicas entre los estudios, como la definición del consumo o el control de variables de confusión, requieren una lectura cuidadosa de los hallazgos.
Este no es el primer trabajo que aborda la relación entre cannabis y cáncer oral. Un metaanálisis previo, publicado en 2019 en JAMA Network Open, no encontró una asociación clara y clasificó la calidad de la evidencia como baja. Por otro lado, investigaciones recientes han demostrado que ciertos cannabinoides pueden inducir apoptosis y frenar la proliferación de células tumorales en modelos preclínicos. No obstante, los datos en poblaciones humanas siguen siendo fragmentarios.
El hallazgo de un posible efecto protector del cannabis frente al cáncer oral no debe traducirse en recomendaciones de consumo. Si algo demuestra este metaanálisis es la necesidad de entender los usos del cannabis en toda su complejidad, considerando tanto sus potenciales terapéuticos como los riesgos asociados a patrones problemáticos. En lugar de reforzar dogmas, este tipo de evidencia refuerza la urgencia de regular, investigar y acompañar a los usuarios con información honesta.