La medida requería 172.993 firmas válidas que equivalen al 15% de los votos emitidos en la última elección de gobernador y que debían ser recolectadas en un plazo de 90 días. El límite venció el 3 de noviembre y, ante la imposibilidad de alcanzar la meta, ORCA optó por retirar formalmente la iniciativa. A esto se sumó un cambio reciente en la ley estatal que exige una distribución geográfica mínima de firmas entre distintos condados, una disposición que los organizadores consideran un obstáculo adicional, actualmente impugnado ante la Corte Suprema de Oklahoma.
Este nuevo intento de legalización surge después del fallido referéndum de marzo de 2023, cuando el electorado rechazó la State Question 820. Desde entonces, el estado mantiene un régimen exclusivamente medicinal aprobado en 2018. Sin embargo, dicho sector ha experimentado una contracción progresiva- Así lo indican los reportes estatales que recogen una baja sostenida en ventas y una significativa reducción de licencias comerciales durante 2024 y 2025. Este fenómeno responde tanto a una depuración regulatoria como a una maduración del mercado que ha obligado a cerrar operaciones no sostenibles.
La propuesta de ORCA contemplaba autorizar el uso adulto para mayores de 21 años, permitir el autocultivo doméstico limitado y establecer un impuesto específico sobre las ventas recreativas. Versiones previas del texto también sugerían ajustes tributarios para armonizar el trato fiscal entre los mercados medicinal y recreativo. En cualquier caso, su implementación habría requerido diseñar una arquitectura regulatoria robusta que evitara los vacíos legales que caracterizaron etapas anteriores del sistema medicinal.
Con la retirada de esta iniciativa, cualquier nuevo esfuerzo de reforma deberá comenzar desde cero, bajo las reglas actuales o a la espera de una resolución judicial. Mientras tanto, el acceso legal al cannabis en Oklahoma continúa restringido al uso medicinal.