La posibilidad de que el cannabis recreativo sea legal en el estado de Nueva York se esfuma mientras la pandemia se extiende.
Si el año pasado el gobernador del estado de Nueva York, Andrew Cuomo, dejó la legalización del cannabis en el aire debido a las reticencias de los senadores demócratas pero prometió volver a intentarlo antes de que terminara el mes de abril del 2020, la posibilidad se está esfumando debido a la expansión del coronavirus. Las prioridades han cambiado sustancialmente y más cuando Nueva York es, a día de hoy, el estado estadounidense al que la enfermedad está golpeando de manera mucho más seria.
Ante la pregunta de si el cannabis va a estar en los presupuestos de este año, que se cierran en la madrugada del 1 de abril, Cuomo respondió de manera sucinta y rápida: “Es poco probable. Demasiadas cosas, poco tiempo”.
En otras circunstancias todos veríamos esta decisión (o dejadez) como una falta a sus propias palabras, pero en el nuevo escenario mundial que está dejando el coronavirus parece razonable que todas la administraciones estén volcadas en la lucha contra la enfermedad. La legalización es un asunto importante, qué duda cabe, pero salvar vidas se está convirtiendo en la prioridad número uno para cada gobernante, al menos en la mayor parte de los casos.
Para hacernos a la idea, Nueva York tuvo este martes pasado 75.000 casos confirmados y 1.500 muertes. Este estado tiene casi ya más infectados que en todo el territorio español a día de hoy y, dada la velocidad de propagación, no sería de extrañar que dentro de poco nos supere.
Sea como sea, esto no significa que el deseo de legalizar desaparezca solo que en medio de esta crisis sanitaria las prioridades se han convertido en otras. De hecho, no sería de extrañar que en caso de que pase la crisis, se renegocien los presupuestos en alguna sesión extraordinaria. Sin embargo, es una posibilidad complicada y no esperaríamos que esto se de antes del 2021.