Básicamente, ahí acaba la buena noticia porque los mensajes por parte de los encargados de sacar adelante una propuesta para desclasificar la marihuana no acaban de ponerse de acuerdo bajo ninguna circunstancia.
Por una parte, existe una gran reticencia a tratar el CBD y la marihuana como sustancias diferentes pese a que el cáñamo del que se extrae en CBD es legal en EE.UU. Cuando la OMS asegura que tanto el CBD como el cannabis deberían ser legales en todo el mundo, el gobierno hace oídos sordos y solo recomienda que el CBD con menos de 0,2 THC sea una sustancia permitida. Esto es así porque la separación lograría crear “ambigüedades y contradicciones que minarían la política antidroga”.
El lío es aún mayor en el laberinto de las políticas anti-droga de los EE.UU cuando el Gobierno está a favor de mover a la marihuana hasta la Lista IV de las “amenaza mundiales” mientras que se aferra a no cambiarla de su Lista I como droga muy peligrosa. Existe ahí un doble rasero difícilmente defendible, pero que en EE.UU. parece perfectamente lógico afirmar ambas cosas cuando sabemos sobradamente que el cannabis no es peligroso si se compara con la heroína, que está también en la Lista I. Patt Prugh, abogada asesora del Departamento de Estado de EE. UU., que ha llevado este asunto a las Naciones Unidas, es un claro ejemplo de tratar de sostener un discurso anti-droga que es difícilmente sostenible.
"El estado o el estigma de estar en la Lista IV no evitó la dramática escalada del consumo de cannabis", reconoció. “Y es poco probable que su eliminación dé lugar a un aumento. Por el contrario, para aquellos que son escépticos ante las advertencias de que el abuso de cannabis puede ser dañino, y aquí sabemos que los jóvenes están particularmente en riesgo, mantener el cannabis y la resina de cannabis en Lista IV a pesar de la evidencia científica indicará que la comisión está cegada y carece de tacto".
El motivo de fondo es que el Gobierno tiene miedo a que si se mueve la marihuana a la categoría IV de la Lista la gente va a pensar que la maría no es peligrosa y se van a multiplicar los casos de consumo. Como decimos: una suposición sin fundamento dados los casos de las localidades donde se ha legalizado su consumo. Pero, en fin, es seguir agitando el espantajo del miedo.