Determinar el sexo en la marihuana es difícil porque las diferencias no se ven antes de la floración. Por eso, muchas pruebas fallan porque suelen buscar señales del cromosoma Y y exigen controles extra. Este estudio propone una vía más directa, analizando un tramo del gen CsPDS5 con una diferencia clara entre los cromosomas X y Y.

Probaron el método en más de 500 plantas y coincidió totalmente con el sexo observado en campo. Además, adaptaron la prueba a un formato TaqMan de alto rendimiento, útil para programas de mejora y bancos de germoplasma. La región de CsPDS5 es muy conservada entre genotipos —tanto en cáñamo industrial como en marihuana de uso adulto—, lo que respalda la idea de un marcador casi universal, aplicable desde viveros y bancos de semillas, hasta productores medicinales y de fibra.

¿Por qué es importante el descubrimiento? Porque al tener una prueba que revele el sexo desde etapas tempranas permite retirar machos a tiempo y evitar polinización indeseada, protegiendo rendimientos y calidad en cultivos de flor sin semillas. 

Otro aspecto a considerar sobre los beneficios de este hallazgo es que ahorra insumos y espacio: se riega, fertiliza y monitorea solo a las plantas que interesan. Para crianza, acelera cruces y la elección de parentales porque se decide antes de la floración. En conjunto, reduce costos operativos y aporta trazabilidad para viveros, bancos de semillas y productores.

Contar con un marcador estable para sexado temprano acerca al cannabis a estándares de agricultura moderna. Menos desperdicio, más trazabilidad y decisiones que apunten a la optimización y mejora del cannabis. Si bien la regulación avanzará a su ritmo, en los invernaderos, la genética ya marca la diferencia.