Tal y como aseguran en un informe del pasado mes de junio, la dificultad que están encontrando los carteles está en la zona de “blanqueo de dinero”. La razón para justificar esta afirmación reside en que la DEA está capturando un número mayor de dinero destinado a ser “lavado” desde que empezó la crisis de la Covid-19.
Según afirman algunos de sus portavoces: "sus actividades [de los carteles] son mucho más evidentes que hace tres meses", comenta a NBC News el agente especial Bill Bodner de la oficina de campo de Los Ángeles de la DEA. "Cuando hay menos heno en el pajar, es más fácil encontrar la aguja. Ha provocado que los carteles de la droga y los blanqueadores de dinero asuman más riesgos, y ahí es donde podemos capitalizar esta situación".
Según este mismo agente, la cantidad de dinero que se ha conseguido aprehender en estos días es un poco más del doble que en el año pasado. Mientras que en 2019 se consiguió decomisar unos 4,5 millones de dólares, este año se sitúa la cifra en 10 millones.
Además de esta aparente mayor facilidad para decomisar el dinero, también han sufrido (hasta cierto punto) todos los rigores de la cuarentena: que se hayan prohibido las fiestas, por ejemplo, es un problema para que se puedan colar ciertos tipos de droga. O eso se afirma desde la DEA.
"Se está acumulando más dinero aquí como resultado de los cierres de negocios ordenados por el estado, que incluyen escaparates, pequeñas tiendas y restaurantes", dijo el agente Ray Donovan (es cierto, no nos lo hemos inventado, el tipo se llama así). "Entonces, cuando los encontramos, en lugar de incautar 100.000 dólares, incautamos 1 millón o varios millones de dólares".