La DEA no aprende. El documento de gastos del año parece darle la razón a esta idea. Se invirtió una cantidad ridícula para acabar con el cultivo de cannabis en New Hampshire (20.000$) pero solo encontraron 27 plantas.
Es decir, el contribuyente pagó 740,74$ por cada planta. Casi mejor que se las hubiesen fumado. El caso de Utah fue mucho peor: 73.000$ gastados y cero plantas.
La DEA tiró 14 millones de dólares al año solo contra la marihuana, algo que ha sido bastante criticado en el Congreso estadounidense, tal y como informa el Washington Post. No es de extrañar porque el programa de la DEA pretende “acabar con la continua expansión de la marihuana en territorio estadounidense”, lo cual es absurdo ya que en la mayor parte de los estados es legal. Tampoco es casual que sea en estos estados donde más plantas se requisen, dado que las leyes sobre cultivo y distribución pueden ser traspasadas por la policía para hacer sus redadas. Os recordamos el caso de la anciana de 81 años.
California se lleva el premio gordo en incautaciones. Sorprende, sin embargo, que sea Kentucky el estado con más plantaciones y redadas. Debe ser que además del pollo frito en Kentucky se tiene bien arraigada la devoción marihuana.
Hay que tener cuidado con las estadísticas que ofrece la DEA. En ocasiones las redadas son de otro tipo, como proceder a la detención de una organización criminal, y entre los productos que se incautaron está la marihuana, lo que contabiliza en el cómputo general aunque la redada no se hiciese exclusivamente para esa cuestión.
Llama la atención ese gran cero en Utah. Ese estado es el centro espiritual de los mormones estadounidenses. Es la religión mayoritaria en Utah y es donde está situado su megalómano "Vaticano". Recientemente, se filtró un vídeo del 2010 en el que uno de sus pastores alecciona a los fieles sobre la marihuana en el momento en el que comenzó la ola de legalización. En el discurso podíamos oír que “no existen evidencias de que la marihuana no mate” (falso, no mata por sí misma) “que se te caen los dientes” (falso, aunque se cuestiona el hecho de que un fumador muy activo pueda tener problemas de encías al igual que le pasa al fumador de tabaco) y que los defensores de la legalización son “lobos con piel de cordero”.
Esperamos que en breve la DEA deje de gastar dinero en buscar plantas en Utah y decidan establecer, de una vez, un sistema de seguridad social que cubra a los más desprotegidos. Eso sí que demostraría que pueden ser una gran nación.