Hasta el pasado mes de diciembre, la producción industrial de cáñamo en los EE UU se había restringido principalmente a programas piloto y de investigación. A partir de ahora, con la aprobación de la llamada Ley Agrícola 2018, el cáñamo industrial pasa a ser un producto completamente legal en el país norteamericano.
La tan esperada ley ha eliminado el cáñamo industrial de la lista de sustancias controladas por el gobierno federal, convirtiéndolo en un producto agrícola legal. También permite a los estados convertirse en los principales reguladores del cultivo de cáñamo, permite a los investigadores solicitar subvenciones federales y hace que las futuras plantaciones puedan ser cubiertas por las grandes aseguradoras. Y, además, permite que se extraiga CBD del cáñamo industrial, lo que en la práctica puede suponer la apertura del mercado a nivel federal.
“La gran mayoría del mercado ahora está apostando por los productos de CBD”, dijo Bethany Gomez, directora de investigación de Brightfield Group, una compañía investigadora del mercado del cannabis con sede en Chicago.
Los impulsores de la ley no han sido los miembros del Partido Demócrata, como podría suponerse. “Hay tres palabras por las que tenemos cáñamo ahora, y esas palabras son republicanos de los estados del tabaco”, afirmó Kristin Nichols, editora de Hemp Industry Daily, una publicación de Denver. “Ha habido un fuerte apoyo de los legisladores y políticos de los antiguos estados tabacaleros en busca de un cultivo de reemplazo”.