Desde la década de los ’70, Países Bajos adoptó una política de “tolerancia” con el cannabis y empezaron a generarse los célebres coffee shops en donde se pueden comprar los derivados de la planta para consumo personal. Sin embargo, la producción nunca estuvo permitida. La situación generó una zona gris de legalidad en la que las tiendas debieron abastecerse de las flores de forma clandestina, lo que se lo conoce como la marihuana que ingresa por “la puerta trasera”. Para resolverlo, las autoridades holandesas implementaron un programa piloto para que los establecimientos de diez municipios puedan vender flores que fueron cultivadas con una habilitación estatal. Ahora, la última novedad es que esta iniciativa entró en una nueva fase ya que los coffeeshops empezaron a vender cannabis adquirido de forma regulada.
A partir del pasado 7 de abril, todos los coffee shops de los diez municipios participantes solo pueden vender cannabis cultivado por cultivadores regulados. Se trata de casi 80 tiendas ubicadas en Almere, Arnhem, Breda, Groningen, Heerlen, Hellevoetsluis, Maastricht, Nijmegen, Tilburg y Zaanstad.
Según el medio local NL Times, los clientes de los coffee shops están entusiasmados con el flamante suministro legal de cannabis. Sin embargo, los dueños de estos locales manifestaron su preocupación de que se pueda cumplir con la demanda. “Hubo algunos problemas en las últimas semanas”, declaró Stan Esmeijer, perteneciente a la Plataforma de Coffeeshops de Nimega, en relación a la falta de variedades más populares y a que el hachís apenas se encuentra disponible.
“La intención era comenzar esta nueva etapa con más productores, así que comprendo las preocupaciones de los coffeeshops”, dijo Rick Bakkers, director comercial de Hollandse Hoogtes, una de las diez compañías habilitadas para cultivar cannabis destinado a la venta.