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Los cogollos del cannabis no son flores, son frutos partenocárpicos

Un estudio ha revisado exhaustivamente los términos para referirse a la planta del cannabis y sus derivados, que provocan numerosas e importantes confusiones.

El investigador independiente Kenzi Riboulet-Zemouli acaba de publicar un extenso artículo en el que somete a revisión la variedad de terminologías utilizadas para hacer referencia a la planta del cannabis, a sus partes y a sus numerosos derivados. El artículo es el resultado de una investigación de tres años, y resulta en una crítica a la situación actual de confusión terminológica en torno al cannabis, que tiene consecuencias múltiples y afecta desde la redacción de las leyes hasta la investigación científica o el consumo por parte de los usuarios de la planta.

El artículo identifica cuatro tipos de confusiones en las terminologías usadas para la la planta del cannabis y sus derivados. Primero, términos que hacen referencia a varias cosas distintas, por ejemplo, “cannabis” a menudo es usado tanto para hablar de la planta C. sativa, como para hablar de las partes psicoactivas de esta planta. Otra confusión terminológica: el uso de términos cuyo significado varía según el contexto, el tiempo o la geografía. Kenzi también señala las confusiones por “términos heredados de un lenguaje socialmente construido y no científico” y por “términos demasiado específicos para un campo definido de investigación científica”.

En conjunto provocan confusión generalizada en torno al conocimiento y utilidad de la planta y sus derivados. “Las malas interpretaciones pueden tener importantes consecuencias legales, sociales, o consecuencias relacionadas con la salud”, advierte el autor. Una de las puntualizaciones del artículo que más llaman la atención es la definición técnica de las partes de la planta que comúnmente se usan para fumar y colocarse, los conocidos como cogollos. Aunque a menudo se nombra a esta parte como las flores, Riboulet-Zemouli puntualiza que se trata de un término incorrecto para designar estas partes de la planta, pues las flores no pueden dar lugar a las semillas (como ocurre en el cannabis), sino que se trata de un tipo singular de frutos.

Técnicamente lo correcto sería referirse a lo que se denomina cogollos como “frutos partenocárpicos” o “infrutescencia partenocárpica”. Este tipo de frutos con nombre raro son caracterizados por desarrollarse sin que la flor haya sido polinizada y sin que se produzcan semillas. Por lo tanto este sería el nombre para referirse a los cogollos de plantas de cannabis sin polinizar, las llamadas “sinsemilla”, preferidas para el consumo por alcanzar mayores concentraciones de cannabinoides. No son flores, son frutos partenocárpicos que maduran a partir de las flores femeninas sin haber polinizadas.

Hasta la parte más conocida de la planta del cannabis, los cogollos, se presta a una profunda confusión tanto entre los usuarios como entre los expertos y estudiosos. “No es sorprendente que la investigación relacionada con el cannabis haya pasado por alto este elemento: la partenocarpia es un mecanismo biológico contraintuitivo que a menudo está sujeto a confusión, incluso entre los expertos.”, reconoce Kenzi Riboulet-Zemouli.

El artículo explora las confusiones y las carencias epistemológicas en otros aspectos del cannabis, como por ejemplo, revisando de las terminologías y definiciones en todo cuanto hace referencia a “los productos derivados de la planta del Cannabis”, así como a la “resina” y a los “extractos”. También se revisan las nomenclaturas históricas que la planta ha recibido en las farmacopeas de distintas regiones del planeta, los nombres de los preparados farmacológicos con la planta desde principios del siglo XX o su terminología en medicina tradicional y complementaria.

“No hay una base científica suficiente para los términos y conceptos relacionados con el cannabis en todos los niveles. No existe una clasificación sólida: los modelos actuales entran en conflicto al adoptar esquemas idiosincrásicos, parciales, obsoletos o utilitarios para organizar los derivados extraordinariamente numerosos y diversos de la planta C. sativa”, dice el investigador, que apuesta por una “actualización de las nomenclaturas actuales”.

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