Esta es la buena noticia que nos llega desde las islas británicas. El Departamento de Salud y Asistencia Social (DHSC, por sus siglas en inglés) y la Agencia Reguladora de Medicamentos y Productos Sanitarios (MHRA, por sus siglas en inglés) van a buscar definir de manera precisa lo que constituye un “medicamento derivado del cannabis” para que puedan incluirse en los nuevos programas terapéuticos y ser así prescritos por los facultativos ingleses.
Solo los productos que cumplan con la nueva definición serán incluidos en los programas y, otras formas de cannabis se mantendrán bajo estrictos controles y no estarán disponibles con receta médica.
Esta sustancial mejora en la legislación se debe que el cannabis se ha trasladado de la clase B a la clase C, dentro de la clasificación nacional de peligrosidad de drogas, en lo que se ha descrito como la mayor sacudida de las leyes de drogas de Gran Bretaña de los últimos 30 años.
El secretario de Interior, Sajid Javid, dijo: “Los casos recientes de niños enfermos me han dejado claro que nuestra posición sobre los medicamentos relacionados con el cannabis no era satisfactoria. Por este motivo pusimos en marcha una investigación y creamos una comisión de expertos para asesorar sobre las solicitudes de licencia en circunstancias excepcionales. Siguiendo el consejo de dos grupos de asesores independientes, he tomado la decisión de reprogramar la categoría de los medicamentos derivados del cannabis, lo que significa que estarán disponibles con receta médica”.
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