Los pacientes del cannabis medicinal de Reino Unido y sus familiares están desesperados al ver que no pueden obtener recetas de la sanidad pública para los tratamientos de cannabis medicinal que fueron legalizados en 2018. Han pasado cinco años desde la regulación del cannabis medicinal y en este tiempo el Sistema Nacional de Salud (NHS por sus siglas en inglés) ha autorizado menos de cinco tratamientos.
Los médicos del NHS son reacios a recetar el cannabis porque no tienen experiencia con el tratamiento, aluden a una falta de formación y no acaban de fiarse de la seguridad de su funcionamiento. Además, el proceso para realizar una receta de cannabis medicinal dentro del NHS requiere de un procedimiento especial, ya que en las listas de los tratamientos del NHS no incluye ningún tratamiento de cannabis que esté elaborado con el espectro completo de cannabinoides de la planta, que es lo que necesitan muchos pacientes.
La mayoría de los tratamientos que piden los pacientes deben importarse del extranjero. Es el caso de los aceites medicinales, el fármaco más demandado por las familias de pacientes con epilepsias que no responden a otros tratamientos. En estos casos, si los médicos quieren recetarlo, tienen que pedir al NHS que haga una excepción que casi siempre se rechaza.
El principal consultor pediátrico del Hospital de la Universidad King's College de Londres, el doctor David McCormick, dijo a la BBC que fue una “falsedad” por parte del gobierno sugerir en 2018 que la prescripción del NHS estaba lista para realizarse. Este asegura que los ministros “desviaron la atención” hacia los médicos como él. “El mensaje que se publicó fue: 'los médicos ahora pueden recetar productos de cannabis' y eso nos puso en una posición difícil, porque en realidad necesitamos solicitar que eso sea aprobado por el NHS de Inglaterra”, explicó a la BBC. “Los padres clamaban a nuestra puerta, o llamaban todo el tiempo, porque creían que podíamos prescribir y no era así”.
La legalización del 2018 permite las recetas de cannabis pero el Sistema Nacional de Salud no las acepta casi nunca, de forma que la única vía de acceso son las clínicas privadas. A día de hoy hay 31 clínicas de prescripción privada en el país, que emitieron más de 140.000 recetas entre noviembre de 2018 y 2022. El problema es que por la vía privada las familias tienen que costearse el precio de los tratamientos, que son muy elevados: un tratamiento para seis semanas puede costar entre 1600 y 3000 libras.