Una mujer con doble nacionalidad israelí y estadounidense ha sido condenada por un tribunal ruso a pasar 7.5 años en prisión por llevar 9 gramos de marihuana.
La cantidad de años en prisión son los que debería pasar un narcotraficante que quiere meter cocaína en Rusia pero no, se trata solo de 9 gramos de mandanga. Según el gobierno Israelí, esto huele a represalia por parte de los rusos.
Naama Issachar de 25 años de edad fue detenida en Rusia después de que la policía encontrase que llevaba 9 gramos de cannabis escondidos en su bolsa de viaje. Venía de Nueva Delhi mientras iba a Tel Aviv. Tuvo que hacer parada para cambiar de avión en Rusia y ahí es donde acabó el periplo.
Issachar confesó que era su cannabis pero no se declaró culpable de contrabando, como no podía ser de otro modo. ¿Cómo va uno a contrabandear con una cantidad tan ridícula?
Por posesión le hubieran caído un par de meses. Sin embargo, los fiscales rusos presionaron para que le cayeran cargos por contrabando y, mire usted por dónde, al final lo consiguieron. Issachar, que llevaba en la cárcel desde abril, le han caído otros 7.5 años.
El ministro de asuntos exteriores de Israel considera la sentencia “desproporcionada” sobre una israelita que “no tienen registros criminales de ningún tipo”. El mismísimo presidente de Israel, Primer Ministro Benjamin Netanyahu ha comentado el caso con Vladimir Putin y, después de salir la sentencia, dijo que “apreciaría la buena voluntad del presidente Putin que le dedicase a este caso y espero que acabe en buen puerto”.
Según agentes israelíes, se cree que Issachar fue especialmente perseguida por su doble nacionalidad. Consideran que los rusos quieren hacer un cambio de cromos: a cambio de Issachar van a pedir que se libere a Aleskey Burkov, un técnico de computadoras que fue detenido en Israel a petición de la Interpol. Burkov fue arrestado por crímenes mayores relacionados con una estafa a gran escala de tarjetas de crédito sobre territorio estadounidense.
Burkov va a ser extraditado a los EE.UU, por lo que parece razonable que quieran cambiar al ruso por la chica israelí. Así se las gastan los poderosos jugando a sus juegos.