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Nueva York abre las dos primeras salas de consumo supervisado de EE UU

Los usuarios pueden acceder a agujas limpias, al fármaco naloxona para revertir las sobredosis y a programas de tratamiento para las adicciones.

La ciudad de Nueva York ha autorizado la apertura de dos salas de consumo de drogas supervisado en el área de Manhattan como medida para reducir las sobredosis y las muertes relacionadas con el uso de drogas ilegales. Las dos salas ya están funcionando y en ellas los usuarios pueden acceder a agujas limpias y otros utensilios para el consumo, así como al fármaco naloxona para revertir las sobredosis en caso de emergencia y a programas de tratamiento para las adicciones.

“Cada cuatro horas, alguien muere de una sobredosis de drogas en la ciudad de Nueva York. Sentimos una profunda convicción y también un sentido de urgencia en la apertura de centros de prevención de sobredosis”, dijo a The New York Times el doctor Dave A. Chokshi, comisionado de Salud de la ciudad. Otras ciudades como Filadelfia, San Francisco, Boston y Seattle, han tomado la iniciativa para abrir salas de consumo supervisado pero se han topado con impedimentos legales o la negativa de los gobernantes y todavía no han conseguido ponerse en funcionamiento.

En Filadelfia un proyecto de sala de consumo fue impulsado en 2018 pero antes de poder inaugurarse la administración de Trump intentó frenarlo acudiendo a los tribunales. La ong que lo impulsó ganó el primer juicio en un tribunal del distrito federal, pero en enero de este año la Corte de Apelaciones del Tercer Circuito anuló la decisión del tribunal anterior. La ong solicitó a la Corte Suprema que se pronunciara sobre el caso pero esta decidió no hacerlo a pesar de las peticiones de los fiscales generales de 10 estados y Washington DC.

Hace unos días el Gobierno de los Estados Unidos anunció que entre abril de 2020 y abril de este año 100.000 estadounidenses murieron de sobredosis. Los fallecimientos por esta causa aumentaron en un 28,5% respecto al mismo período del año anterior y se trata de la mayor cifra de fallecimientos por reacción aguda a drogas jamás registrada en el país. El aumento de las muertes coincide con el inicio de la pandemia, cuyas consecuencias sociales, sanitarias y económicas tuvieron un efecto negativo en la situación de las personas con adicciones.

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