Nueve países africanos podrían legalizar el cannabis de aquí a 2023: Sudáfrica, Zimbabwe, Lesotho, Nigeria, Marruecos (en la foto), Malawi, Ghana, Eswatini (antigua Swazilandia) y Zambia.
Así lo afirma un informe de Prohibition Partners, un grupo de expertos que estudia los efectos de la regulación del cannabis. En el continente africano, Lesotho fue un país pionero en esta materia, cuando en 2008 reguló el uso medicinal del cannabis. El año pasado Zimbabue legalizó la cultura cannábica y Sudáfrica despenalizó el uso privado entre adultos. Según el informe el continente produce unas 38.000 toneladas de cannabis al año, una cantidad que no rinde cuentas a las arcas públicas, que se podrían beneficiar de una gran cantidad de impuestos si se regulara su producción. “En ninguna otra región del mundo la industria del cannabis muestra tal contraste en la relación entre producción y legalidad”, dicen los autores del informe. Según Prohibition Partners la legalización podría aportar una respuesta a la falta de trabajo de los jóvenes, así como proporcionar un medicamento versátil y de producción muy barata, que podría tener un impacto muy positivo en los sistemas de salud del continente, en especial en las áreas rurales. “El cannabis se cultiva fácilmente y requiere pocos nutrientes, lo que le permite contribuir al desarrollo económico de áreas con pocos recursos y pobres perspectivas agrícolas “, dijo Shaun Shelly, investigador sobre políticas de drogas en la Universidad de Pretoria, en declaraciones para Le Monde.