El número de licencias de consumo de marihuana para uso medicinal crece un 342% en el estado de Montana en estos tres últimos años.
En el 2016 se firmó la Iniciativa 182 por la cual se permitió el uso de cannabis medicinal. Por entonces, el número de personas que tenían una tarjeta que les garantizaba el acceso a marihuana para uso medicinal era de 7.785. A día de hoy, casi tres años después, el número es de 34,413.
Montana es un estado bastante conservador y cualquier cambio que se realiza en la ley siempre es tímido y lento. Pese a eso, es mucho más efectivo que, digamos, Nueva York, que aunque alardea de modernidad es incapaz de ponerse de acuerdo para legalizar la recreativa.
Se espera que para 2020 la ley deje a los poseedores de una acreditación para comprar marihuana que lo puedan hacer de cualquier lugar donde esté permitido la venta. De momento solo pueden comprarla en el lugar donde se les haya asignado, obviamente ese lugar tiene que tener licencia de venta.
Es fundamental que esto suceda porque así como las personas que tienen licencia aumenta vertiginosamente los dispensarios se reducen. En concreto, ha caído su número en un 37%, de 420 a 265 en solo un año. Esto ha llevado a situaciones en las que los pacientes tienen que conducir hasta otro estado para comprar marihuana, con el peligro legal que eso les puede producir.
El estado, además, quiere investigar a algunos doctores que ofrecen demasiadas tarjetas de marihuana medicinal. Por ejemplo, se sabe de dos doctores que han entregado 1.000 tarjetas cada uno de ellos y firmado más de 7.000 permisos en solo un mes.