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Organizaciones colombianas protestan contra la vuelta de las fumigaciones con glifosato

El Gobierno ha legislado para volver a fumigar las plantaciones de arbusto de coca, una solución poco efectiva contra el narcotráfico y con muchas consecuencias.

Varias organizaciones sociales de Colombia junto con representantes indígenas y campesinos protestaron el pasado 20 de abril a las puertas de la Corte Constitucional en Bogotá para pedir que no se reanuden las fumigaciones de glifosato. El glifosato es un herbicida fabricado por Monsanto que se usa en numerosos países y que fue clasificado como probable carcinógeno para los seres humanos por la OMS en 2015. En Colombia se usan fumigaciones aéreas poco precisas para acabar con los cultivos de arbusto de coca.

La protesta fue convocada después de que el Gobierno emitiese un nuevo decreto para volver a realizar aspersiones aéreas con glifosato, que habían sido paralizadas en 2015.  Desde 1994 las fumigaciones se habían aplicado en un intento de frenar la producción de cocaína. Las organizaciones critican que las fumigaciones nunca han resultado un método útil para reducir la producción de cocaína y que lo que hacen es destruir el modo de vida de miles de campesinos que no tienen más oportunidades que cultivar hoja de coca, que además su uso afecta al cultivo de otras plantas, al medioambiente y a la salud de las comunidades que habitan el territorio.

Las organizaciones piden que se tenga en cuenta a la población residente en los territorios donde se llevarán a cabo las fumigaciones y que se realice una consulta pública para conocer su opinión sobre el uso de glifosato. Esta medida está siendo valorada por la vía judicial, según explicó a Colombia Informa el exsenador y abogado Alirio Uribe Muñoz, del Colectivo de Abogados José Albear Restrepo.


“Todos los estudios independientes, autónomos y científicos, la OMS, la OPS reconocen que el glifosato hace daño para la salud y es cancerígeno. También afecta el medioambiente, los cultivos lícitos y la seguridad alimentaria”, dijo el abogado Uribe Muñoz. Desde este colectivo jurista alertan que las fumigaciones de glifosato, además de poner en riesgo la salud, atacan el modo de vida de los campesinos que cultivan el arbusto de coca, que no tienen otras alternativas de cultivo para poder sobrevivir.

Mientras tanto, un proyecto legislativo elaborado para regular la producción de hoja de coca en el país fue aprobado por una comisión del Senado la semana pasada. El proyecto de ley está hecho para regular el cultivo, la producción, distribución, comercialización, posesión y uso de la hoja de coca y sus derivados. Se crearían cooperativas campesinas para el cultivo de la hoja, que quedarían en manos de víctimas del conflicto con el narcotráfico, en comunidades indígenas u otros colectivos desfavorecidos del país.

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