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Pensilvania impulsa ley para permitir cannabis medicinal en hospitales

Un proyecto de ley bipartidista en el senado de Pensilvania busca autorizar el uso de cannabis medicinal en pacientes terminales dentro de hospitales, con el objetivo de garantizar una atención compasiva en la etapa final de la vida.

El proyecto conocido como Ryan’s Law, fue impulsado por el senador demócrata John Kane y respaldado por más de veinte legisladores de distintos partidos. La iniciativa pretende modificar la normativa vigente sobre cannabis terapéutico en Pensilvania para autorizar su uso dentro de hospitales en casos de pacientes terminales, siempre que estos cuenten con una acreditación válida dentro del programa estatal.

El foco está puesto en el uso de preparados como aceites, comestibles, cápsulas u otros formatos orales que puedan administrarse en entornos clínicos sin que esto implique riesgos legales para los hospitales. El legislador Kane argumenta que muchos pacientes deben suspender su tratamiento con cannabis justo cuando más lo necesitan, al ingresar en un centro de salud, debido a la falta de claridad legal.

Aunque Pensilvania cuenta con un programa de cannabis medicinal desde 2016, su uso en hospitales sigue siendo una zona gris. Algunos centros permiten discretamente su administración, mientras otros lo prohíben por temor a sanciones federales, ya que el cannabis sigue siendo una sustancia de la Lista I en EE UU. La propuesta busca dar seguridad jurídica a los centros de salud y garantizar continuidad terapéutica a quienes enfrentan diagnósticos terminales.

La ley toma su nombre del caso de Ryan Bartell, un hombre con cáncer pancreático que pudo acceder a cannabis medicinal solo tras ser trasladado a un hospital en el estado de Washington. Su experiencia inspiró una ley similar en California, aprobada en 2021, y replicada en Maryland. Kane cita estos precedentes como ejemplos viables de implementación segura y compasiva.

Ryan’s Law expone una contradicción fundamental en el sistema sanitario estadounidense, ya que una persona puede usar cannabis medicinal legalmente en su hogar, pero pierde ese derecho al ingresar en un hospital. La iniciativa en Pensilvania no resuelve el conflicto federal, pero marca un paso hacia una atención más humana, donde el alivio y la dignidad no queden subordinados al miedo institucional.

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