La semana pasada se presentó la Iniciativa Internacional de Reprogramación de la Psilocibina Terapéutica (ITPR), una nueva plataforma global nacida con la intención de acabar con la fiscalización de la psilocibina cuando se use con fines terapéuticos. La IRPR está conformada por varias organizaciones entre las que se incluyen la Asociación Multidisciplinaria de Estudios Psicodélicos (MAPS), la Fundación Beckley, Mind Medicine Australia, Drug Science y Open Foundation.
El primer objetivo de la iniciativa ITPR es impulsar un proceso de revisión de la clasificación internacional de la psilocibina, un proceso que puede iniciar por decisión propia la OMS o ser solicitado por un país miembro. Luego el Comité Ejecutivo sobre Farmacodependencia de la OMS iniciaría una revisión de la sustancia a fin de ofrecer recomendaciones sobre un posible cambio de política. Si tras la revisión la OMS recomendase reducir el nivel de control sobre la sustancia la decisión debería ser aprobada por dos tercios de los países signatarios de la Convención de la ONU sobre Sustancias Psicotrópicas de 1971.
Por ahora la organización tiene varios países en mente que podrían llegar a dar el paso y solicitar a la OMS una revisión de la psilocibina. El primero en la lista es Canadá, que recientemente aprobó permitir la prescripción médica de sustancias prohibidas como la MDMA o la psilocibina a determinados pacientes con enfermedades graves que no han obtenido alivio con otros tratamientos.
“Dado el actual conocimiento científico que se tiene sobre el potencial de la psilocibina como agente terapéutico de alto valor y su bajo riesgo de dependencia, un cambio de su clasificación como un fármaco de la Lista I debería haber ocurrido hace mucho tiempo”, dijo Christopher Koddermann, cofundador de ITPRI y presidente de la Junta Directiva, en un comunicado reproducido por Marijuana Moment.
La psilocibina, el principal componente psicoactivo de los hongos alucinógenos, está incluida en la Lista I de la Convención de 1971, lo que supone duras limitaciones que también afectan a los usos científicos y terapéuticos. Los investigadores interesados en estudiar la sustancia “enfrentan numerosos obstáculos regulatorios que aumentan significativamente el costo, la complejidad y la duración de la investigación y pueden afectar negativamente las aprobaciones éticas, la financiación y la colaboración”, recuerdan desde el ITPR.
Global coalition launches initiative to reschedule psilocybin under UN Convention on Psychotropic Substances. Proud to acknowledge partners & advisory board @MAPS @RickDoblin @BeckleyResearch @Drug_Science @MindMedicineAU @ACNIERIKA @OPEN_fndn @b_neuro @ScottLeckie @WKScholten pic.twitter.com/aOJXp1xDbG
— reschedulepsilocybin.org (ITPRI) (@ItpriOrg) January 11, 2022