Propaganda anti-alcohol en la URSS
Cartelería sobre la campaña de la URSS contra las bebidas espirituosas a mitad de la década de los ochenta que el libro ALCOHOL compila en sus páginas.
Mientras que en los años ochenta en EE.UU se establecía la guerra contra las drogas de Ronald Reagan y el DARE (Drug Abuse Resistance Education) la antigua Unión Soviética estaba metida hasta el fondo en otra “guerra contra”.
Si la propaganda estadounidense os puede parecer infantil, sucia o desencaminada por lo extremadamente alarmista de sus propuestas, la política contra el alcohol de la URSS fue mucho más allá. El libro ALCOHOL: Soviet anti-alcohol posters del escritor Alexei Plutser-Sarno y el diseñador Damon Murray da buena cuenta de toda la propaganda que el gobierno del por entonces Primer Ministro Mijaíl Gorbachov utilizó en su guerra contra el alcohol. Como veréis son bastante directos mucho más que la icónica imagen de “tú cerebro en las drogas” mientras un señor que freía un huevo.
Cuando la propaganda mediante el poster había pasado de moda, la administración de Gorbachov rescató esta forma de comunicación con cuestionable éxito. Por supuesto, la campaña anti alcohol no se limitó solo a poner carteles, tal y como relata Alexei Plutser-Sarno en la introducción:
“Apresuradamente pensado y puesto en práctica con una clara falta de planificación o preparación, fue un intento del gobierno por cortar el nudo gordiano de los problemas sociales sin tener en consideración las consecuencias”.
¿Cómo procedieron a cortar el problema? Cerraron el 80% de las tiendas que dispensaban alcohol. La consecuencia: la economía de la URSS perdió unos 37 mil millones de rublos y la deuda se disparó al 500%, por no mencionar el desvío de dinero al mercado negro. Esto último permitió que se instaurase una red de destilerías de alcohol ilegales o caseras, dándose bastantes casos de intoxicaciones graves que condujeron en muchos casos a la muerte mucho rusos. La gente comenzó a consumir, según el autor, cualquier cosa que llevase algo de alcohol, como las colonias o los perfumes, pegamentos o insecticidas. Se cree que el número de muertes en 1987 por este tipo de prácticas pudo ser de 11.000 personas.
La intención de la campaña de Gorvachov fue, además de pedir que la gente dejase de beber alcohol, que dejase de tomar alcohol destilado de no-se-sabe-dónde, colonia, insecticidas y demás. La campaña acabó alrededor de 1988, sin embargo las redes de alcohol ilegal continúan siendo una práctica habitual en la actual Rusia.
Si queréis conocer más sobre el asunto leed la entrevista que Merryjane le hizo al autor del libro en este enlace.