Hace justo un año la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) anunció que llevaría a cabo una revisión científica sobre los efectos de la marihuana para determinar si la planta debe continuar siendo una sustancia prohibida en las competiciones de atletas profesionales. La AMA dijo que realizaría la revisión durante este 2022 y que los resultados podrían conducir a la eliminación del cannabis de la lista de sustancias sancionables en competición. 

A final del 2021, la Encuesta Global sobre Drogas (Global Drug Survey 2021) publicó sus resultados anuales, confirmando la expansión del uso de CBD en todo el mundo, y colocando a la sustancia entre las más consumidas del año, solo por detrás del alcohol, el tabaco y el cannabis con THC. La encuesta global también reveló una reducción en el uso de todo tipo de drogas respecto a la encuesta del año anterior. El análisis apunta que el descenso se puede deber tanto al aumento de edad en la muestra de personas encuestadas como a la tendencia a un menor consumo que se registra desde el inicio de la pandemia de covid-19. 

También ha ocurrido que antes de que acabara el 2021 la Organización Mundial de la Salud recomendó que no se fiscalice el kratom, una planta psicoactiva de efectos estimulantes y analgésicos que se utiliza de forma tradicional en el sudeste asiáico. El informe del Comité de Drogodependencias consideró que no hay pruebas suficientes para recomendar ni la fiscalización del kratom ni la de sus principios activos. 

Por último, el pasado enero se presentó la Iniciativa Internacional de Reprogramación de la Psilocibina Terapéutica (ITPR), una nueva plataforma global nacida con la intención de acabar con la fiscalización de la psilocibina para usos terapéuticos. La IRPR está conformada por varias organizaciones de investigación y defensa del derecho de uso de las drogas, y su primer objetivo es impulsar en la ONU un proceso de revisión de la clasificación internacional de la psilocibina.