Con la popularización mundial de la marihuana se están multiplicando y divulgando distintos estudios relacionados. En este caso, un grupo de científicos de las universidades suizas de Berna y Zurich han analizado la radula, una planta que crece en puntos tan distantes como Japón, Nueva Zelanda o Costa Rica.
Esta hierba, que se asemeja al musgo en su aspecto, es una de las 300 especies de la familia Radulaceae, y ahora nos dicen que contiene un componente que podría ser considerado como un cannabinoide.
El compuesto, descrito ya en 1994 y denominado perrottetinene o PET, es similar al THC pero de menor potencia. Al preguntarle sobre el tema, Jürg Gertsch, investigador de la Universidad de Berna y coautor del estudio, explicó que el PET y el THC “difieren en términos de potencia y, posiblemente, efectos adversos”.
Daniele Piomelli, profesor de anatomía y neurobiología de la Universidad de California, aunque no participó en el estudio, afirmó: “Este es un trabajo sólido, muy creíble, que muestra que este tipo de planta contiene compuestos que son similares en su estructura y actividad farmacéutica a los cannabinoides psicoactivos de la planta de cannabis”. Sin embargo, quizá lo más interesante esté en su uso farmacéutico.
El PET ha demostrado ser un gran antinflamatorio, modificando los niveles de las prostaglandinas. Michael Schafroth, autor del estudio, lo aclara: “Estas prostaglandinas están involucradas en procesos como la pérdida de memoria, la neuroinflamación, la pérdida de cabello y la vasoconstricción”. Por lo que sería “altamente interesante para aplicaciones medicinales, ya que podemos esperar menos efectos adversos mientras conservamos efectos farmacológicamente importantes”.