Actualmente en Reino Unido hay entre 50.000 y 60.000 pacientes activos y se espera llegar a 80.000 a fines de 2025. La Comisión de Calidad de la Atención (CQC) confirma un alza en las recetas privadas y la organización Prohibition Partners estima que el mercado británico superará los 300 millones de euros este año.
Sin embargo, esta explosión en el mercado del cannabis medicinal ha generado un déficit de médicos, enfermeras con capacidad prescriptora, farmacéuticos y especialistas en cumplimiento normativo y el desafío es poder ampliar el acceso a las terapias cannábicas sin bajar los estándares clínicos.
Las barreras principales, detallan los especialistas, son la falta de formación en cannabis medicinal, estigma profesional y desconocimiento de la legalidad del tratamiento. Sin embargo, superarlos exige programas de capacitación claros y acompañamiento clínico.
En el corto plazo, la mayoría de nuevos prescriptores llegará desde otras áreas sanitarias ya existentes, más que desde programas universitarios que aún están limitados. Como la ley restringe las prescripciones iniciales a médicos especialistas, la prioridad es reciclar talento actual y generar pasarelas de formación dentro de las clínicas.
En definitiva, el futuro del cannabis medicinal en Reino Unido no depende solo del mercado o la evidencia científica, sino de la capacidad de formar profesionales. Si el sector quiere crecer, tendrá que invertir en educación, alianzas académicas y métricas transparentes que consoliden su legitimidad.