El Primer Ministro de Tailandia, Prayuth Chan-Ocha, ha ordenado la aplicación de medidas de represión más duras contra las drogas y la posesión de armas, después de que un expolicía asesinara a 36 personas (la mayoría niños de muy corta edad) en una guardería el pasado viernes 7 de octubre. El autor del tiroteo había sido expulsado de la policía a principios de año, tras ser detenido por posesión de drogas ilegales. Aunque en un principio se especuló con que el hombre, de 34 años de edad, estaba bajo los efectos de la metanfetamina durante el momento del tiroteo, un análisis de sangre posterior no encontró ningún rastro de la droga.
El portavoz del Gobierno anunció esta semana que la policía ha recibido indicaciones para perseguir más activamente los delitos relacionados con drogas ilegales. Según la información de Bloomerg, la policía realizará registros aleatorios en busca de drogas, arrestará a los infractores y llevará a los usuarios de drogas a rehabilitación. La policía también ejercerá un mayor control sobre las personas con licencia de armas, afirmó el portavoz, y se asegurará de que no tengan “un comportamiento que ponga en peligro a la sociedad”.
El Gobierno ha anunciado el aumento del control sobre las drogas y las armas como un tema prioritario de su agenda política después del tiroteo de la semana pasada. La decisión de aumentar la represión sobre las conductas relacionadas con drogas se ha justificado en base a que el expolicía que ejecutó los asesinatos tenía vínculos con el narcotráfico y fue detenido por cargos relacionados con el tráfico de metanfetamina. Sin embargo, el autor del tiroteo, que también mató a su mujer y a su hijo y se suicidó después, actuó en solitario y sus víctimas no tenían relación con las drogas. Las autoridades creen que simplemente atacó la guardería porque estaba cerca de su casa.