Una de las nuevas maneras de consumir cannabis es a través de tiras sublinguales. ¿Qué tal funcionan?
Al ser una pequeña tira que se coloca debajo de la lengua se presupone que el efecto va a ser rápido y de corta duración. ¿Es este el caso?
Estas tiras interactúan con la mucosa bucal y las membranas absorbentes que hay debajo de la lengua, como algunos medicamentos hacen (las benzodiacepinas, por ejemplo). Estas membranas protegen la boca, generan la saliva y son las que nos suelen ayudar a discernir los sabores de lo que consumimos. Es por ahí por donde esta forma de cannabis es absorbida por el organismo y comienza a actuar.
Esta forma de consumo de cannabis funciona de manera más rápida que otras, como por ejemplo fumar o comer algún preparado de marihuana. Por este motivo es más popular entre la gente que consume marihuana para uso terapéutico. Al evitar el paso por el sistema gástrico el delta-9 THC no se convierte en 11-hidróxido de THC que es el que proporciona esa sensación de mucha subida que no le gusta a bastante gente y por la que renuncia al cannabis.
Las tiras se colocan bajo la lengua (pues encima no produce efecto consistente alguno). No se trata de Listerine ni de ningún otro tipo de producto que se mantiene en la boca y luego se escupe. Se trata de que las mucosas absorban el producto y para eso debe colocarse bajo la lengua. Parece un poco tonto decirlo pero las compañías que producen esto tiene que lidiar con muchas quejas por falta de efectividad y se descubre que es que el cliente ha estado usando mal las tiras.
Hay que esperar entre 3 y 5 minutos a que la tira se deshaga y es preferible permanecer en relativo silencio mientras ocurre. El tiempo medio es de 1 minuto pero se recomienda permanecer unos 3 para que sea más efectivo.
Los beneficios, además de la rapidez y otro tipo de cuestiones de potencia baja, es que es muy discreto, no deja olor ni señal. Uno puede estar tomando el producto y que nadie se percate de que es cannabis. Ya sabemos que todavía queda mucho camino por delante para que deje de ser un producto estigmatizado por demasiados años de criminalización.