Al menos tres ciudadanos estadounidenses del estado de Oregon han presentado dos demandas contra la compañía de cannabis Curaleaf asegurando haberse colocado con un producto suyo a base de CBD que en teoría no debería ser psicoactivo. Según la autoridad reguladora del estado al menos hay una docena de otros consumidores que también tomaron las gotas aparentemente contaminadas con THC como resultado de un fallo en la producción de la empresa, que habría provocado que cientos de botellas llegaran a los consumidores mal etiquetadas.
“Estaba con algunos amigos y comencé a desconectarme de la realidad. Mi cuerpo empezó a temblar. No pude evitar que mis brazos y piernas temblaran. Y mi mente estaba desapareciendo”, dijo Jason Crawforth, de 51 años, la primera persona en presentar una demanda contra Curaleaf ante la Corte Federal de Oregon. El hombre explicó a Oregon Live que compró las gotas en Oregon en agosto y cuando las tomó por primera vez en un campamento en Nevada le empezaron a aparecer los efectos.
El hombre no estableció relación entre su estado y las gotas y al día siguiente volvió a tomar unas gotas de producto que le provocaron una reacción similar mientras conducía de regreso a Idaho. Crawforth terminó en una sala de emergencias, donde los médicos le notificaron que tenía THC en su organismo. El hombre no había consumido marihuana nunca y no se dio cuenta de la fuente de la intoxicación hasta que un amigo que tomó las gotas también acabó en urgencias.
La Comisión de Licores y Cannabis de Oregón dijo la semana pasada que los trabajadores de Curaleaf mezclaron la línea de productos de CBD en gotas, que se supone que no son psicoactivos, con la línea de productos con THC debido a un “error humano”. La compañía reconoció su error y dijo que estaba revisando el proceso de producción. La comisión estatal del cannabis ordenó retirar del mercado varias botellas de CBD que presentaban psicoactividad y otras supuestamente psicoactivas que en realidad solo contenían CBD.