Los resultados de un pequeño estudio realizado con 15 participantes con trastorno bipolar de tipo II han sugerido que la administración de psilocibina en pacientes con esta condición mental puede ser segura, en tanto que parece no agravar sus síntomas. Los investigadores observaron que la administración de psilocibina en un entorno controlado y preparada con psicoterapia previa no provocó una mayor inestabilidad del estado de ánimo ni un aumento de las tendencias suicidas.
Para el estudio los participantes recibieron siete sesiones de psicoterapia, una de las cuales se realizó con una dosis única de 25 miligramos de psilocibina. En el estudio, controlado pero no aleatorizado y sin grupo de control, se llevó a cabo en el Hospital Sheppard Pratt de Baltimore, y siguió a los pacientes durante 12 semanas.
“Los 15 participantes en este ensayo tenían bipolaridad BDII bien documentada, resistente al tratamiento, de marcada gravedad y una larga duración del episodio depresivo actual”, escribieron los autores, según cita Marijuana Moment. Los investigadores encontraron que buena parte de los participantes mostraron una disminución en las mediciones de su diagnóstico. Tras el seguimiento de tres meses “12 pacientes cumplieron con los criterios de respuesta y remisión”, dice el estudio, que también apunta que “los 3 participantes que reiniciaron la medicación debido a la falta de beneficio o a una recaída después de una mejoría generalmente tuvieron una peor respuesta durante todo el ensayo”.
El ensayo excluyó a pacientes con antecedentes de trastorno bipolar tipo I, esquizofrenia, psicosis, delirios o trastorno límite de la personalidad, entre otras afecciones, o cualquier trastorno por uso de sustancias en el último año. El estudio fue financiado por la empresa de biotecnología COMPASS Pathways, que está llevando a cabo ensayos de fase III para el uso de psilocibina en el tratamiento de la depresión resistente.
A pesar de los resultados del estudio, los autores han advertido que se trata de un ensayo con muchas limitaciones (pocos participantes, ausencia de grupo de control) que no puede ser extrapolado a todos los pacientes con bipolaridad. “Se debe tener cuidado de no sobreinterpretar los hallazgos. La administración de un agente psicodélico bajo condiciones de apoyo y cuidadosamente controladas puede producir efectos distintos en comparación con las encuestas de autoinforme sobre el uso recreativo de psicodélicos por parte de personas con trastorno bipolar”, escribieron.