Ha pasado un año desde que el Gobierno Alemán anunció la intención de hacer efectiva una de las condiciones del pacto que suscribieron al formalizar la coalición de gobierno: la legalización del cannabis recreativo.
Los actuales responsables políticos alemanes son conscientes de que es necesario aplicar una política de drogas más humana, que esté de acuerdo con la realidad social y ahogue el mercado negro, según ellos origen del suministro actual de los adolescentes a los que se quiere preservar de la posible adicción. El error de dejar el negocio en manos de las redes del narcotráfico también comporta gasto de grandes cantidades de dinero en la persecución criminal sin reducir el riesgo de adulteración. Por ello están convencidos de que regular el consumo, la venta y la distribución es la mejor opción.
Y no ha llegado al año lo que ha tardado el Consejo de Ministros en aprobar y presentar las líneas maestras de cómo quiere hacerlo: posesión de hasta 30 gramos, cultivo limitado y venta con licencia. Para dicha venta se está pensando en establecimientos que no necesariamente serían farmacias. También se ha previsto un “impuesto al cannabis” con el que esperan recaudar más de 4000 millones de euros. “La regulación es la medida más inteligente frente al comercio clandestino”, aseguran.
Resolver el problema que supone la legislación de la UE que dicta la adhesión a las convenciones internacionales sobre drogas será la clave. El Gobierno alemán está convencido de que los convenios internacionales no cubren el uso personal de drogas, por lo que corresponde a los estados miembros decidir cómo abordar este uso personal.
En el próximo mes de enero empezarán las negociaciones con las autoridades de Bruselas. El Consejo de Ministros alemán no llevará a trámite parlamentario el proyecto de ley si previamente no se ha dado una “recepción positiva” por parte de la Comisión Europea. Y tampoco descartan presentar una iniciativa para modificar las normas comunitarias en cuestión.
Si lo consiguen será un hito en la política de drogas europea. El Gobierno Alemán espera que la legalización sea efectiva en 2024. Con seguridad habrá otros países que se apunten al cambio, el próximo puede ser República Checa, cuyos representantes ya se han dado cuenta de que la prohibición ha fracasado en acabar con el mercado negro, en prevenir daños, garantizar la seguridad y proteger la salud.
¿Y España para cuando? Hace año y medio que el Congreso aceptó la propuesta de crear una subcomisión que se dedicara a estudiar los diferentes programas y experiencias de cannabis terapéutico en otras naciones. Ya tenía que conocerse el texto para que las recomendaciones de esta subcomisión de Sanidad, aprobadas por el Congreso, encajen con la normativa y sean viables. Y por ahora no hay nada ni se vislumbra fecha. Si el cannabis medicinal cuesta regularlo. ¿Qué pasará con el recreativo?
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