Ingredientes para cuatro personas
Elaboración
La expresión dar calabazas, dicha por gente de cierta edad, significa que alguien nos rechace ante una propuesta para tener algún tipo de relación amorosa o sexual contigo (“te dan calabazas”). La primera prueba escrita de su existencia en este país está en la edición del Diccionario de la Academia de 1780, donde hay una acepción que la define así: “Desechar las mujeres la proposición de algún novio”. Ya se sabe, en aquella época no estaba bien visto que las mujeres hicieran proposiciones de este tipo, por lo que difícilmente les podrían dar calabazas a ellas.
Pero ¿qué tienen que ver las calabazas con el amor? Pues bien, hay quien dice que todo empezó en la Antigua Grecia, donde se le atribuía a esta cucurbitácea poderes afrodisíacos. Por tanto, cuando nos las daban se suponía que apagaban nuestros deseos lujuriosos, evitando así los escarceos amorosos. Más tarde, en la edad media, el clero incluso recomendaba utilizar las semillas en las plegarias para alejar los pensamientos lascivos. En el Siglo de Oro, la expresión siguió evolucionando y parece que significaba desairar o no conceder a alguien lo que pedía. En resumen, la pobre calabaza no tiene ninguna connotación positiva. Así es que vamos a ver si, elaborando y consumiendo esta receta, conseguimos cambiar un poco ese estigma.
Comenzaremos con la elaboración de la mantequilla cannábica. Lo primero será poner el agua a calentar en un recipiente. La proporción de hierba a añadir debe ser del 10% si son cogollos y del 20% de la cantidad de mantequilla si son restos de manicura. Cuando hierva el agua, añadimos la mantequilla y bajamos al mínimo. Esperamos a que se disuelva bien para añadir la marihuana grindada y dejamos hervir a fuego lento durante 15 min. Después, la retiramos del fuego y la colamos con un colador de tela. Dejamos que se atempere y la metemos en la nevera un mínimo de 12 h para que la grasa se solidifique y podamos separarla del agua fácilmente. La escurrimos bien y ya estará preparada.
Para el bizcocho, precalentamos el horno a 180 ºC y engrasamos el molde donde vayamos a hornearlo después con un poco de mantequilla. Por otro lado, batimos los huevos en un bol grande junto con el azúcar hasta que la mezcla esté espumosa, haya aumentado de volumen y haya cogido cierto tono blanquecino (en cocina se llama blanquear). Añadimos el aceite de oliva, la mantequilla derretida y la calabaza asada limpia y triturada, y mezclamos bien hasta que estén completamente todos los ingredientes integrados. En otro bol, tamizamos la harina, la levadura, el bicarbonato, la sal y las especias. A continuación, incorporamos estos ingredientes secos a la mezcla húmeda en tres tandas y mezclamos suavemente con una espátula después de cada adición. Por último, añadimos las nueces troceadas y volvemos a mezclar. Vertemos la masa en el molde preparado y alisamos la superficie con una espátula.
Para terminar la elaboración, lo horneamos durante 35-40 min o hasta que al insertar un palillo en el centro del bizcocho salga limpio. Si la superficie se dora demasiado rápido, cubriremos el molde con papel de aluminio. Cuando esté cocido, sacamos el bizcocho del horno y dejamos que se enfríe en el molde durante 10-20 min. Después, lo sacamos del molde y dejamos que se enfríe por completo antes de cortarlo y servir. Espero que os guste y os haga olvidar cualquier contrariedad amorosa que hayáis podido tener. ¡Hasta la próxima!