La operación fue llevada adelante junto a la policía local. Fueron estos últimos los que iniciaron las pesquisas después de recibir una información que les colocó sobre la pista del cultivo. Según esa información, en una finca situada en la partida rural de esa localidad se estaba cultivando marihuana. Las pistas que sugerían que esto estaba pasando fueron el fuerte olor que se percibía desde los alrededores y un potente ruido de extractores.
Durante la investigación, la policía se puso en contacto con la compañía eléctrica que debería estar al cargo de la finca y estos les confirmaran que habían recibido muchas quejas por enganches ilegales. De hecho, el enganche estaba produciendo serios problemas de abastecimiento eléctrico en toda la zona.
La localización de la finca, bastante apartada de zonas de tránsito, y el tamaño del inmueble hizo posible que los detenidos, dos personas de 25 y 29 años, pudieran mantener un cultivo tan grande en las condiciones en las que lo hacían. Ambas personas enfrentan cargos de tráfico de drogas y defraudación de fluido eléctrico.
Fuente: Las Provincias